31 de marzo de 2006

Ocho segundos y medio

Cuando escribo no lo hago para pontificar. Cuando escribo quiero que alguien discrepe. Cuando escribo no quiero ser leído, sino que lanzo una excusa de conversación. Yo creo sinceramente que en ese ejercicio, hecho en un tiempo de, digamos, ocho segundos y medio, se puede hacer consciencia de cosas importantes o no.

Claro. Porque por ahí me pueden decir "a qué tanta alharaca, tanto reclamo..., escribiendo y criticando, pero te quedas donde mismo..."

¿Qué hago entonces? ¿Me transformo en revolucionario? ¿Me pierdo en la desesperanza de que no hay nada cambiable. Y me respondo: ni lo uno ni lo otro. En ocho segundos y medio alcanzo a pensar que hay opciones intermedias.

Imaginar: alguien se levanta para ir a clases, o va al trabajo, o tiene un día de ocio. Y al pasar, ve alguna planta (una simple mata verde) o un gato cruzando la vereda.

Nada más. Nada menos.

En ocho segundos y medio alguien podría reflexionar acerca de que habitamos con otras especies en este planeta. Pero es poco probable. ¿Y qué tal si le dedicara esos ocho segundos a pensar en eso? ¿Qué tal si uno se pregunta el por qué en la tele no sale que en estos días se lleva a cabo en Brasil una Cumbre de la Biodiversidad? ¿Qué tal si en ocho segundos y medio me pregunto por qué hay tantas especies amenazadas en el mundo con desaparecer (se calculan 76 mil entre plantas y animales)? ¿Qué tal si aprovecho ese lapso para pensar por qué no se puede cumplir la meta de esa misma cumbre de financiar su protección de especies de aquí al 2010?

Eso solamente. En ocho segundos y medio.

Alguien dirá "pero no basta con pensar y meditar y reflexionar..., dónde está la acción". Yo digo que mi acción más comprometida empieza cada día, al informarme. Por ejemplo, a mí me impactó la muerte de los perros en La Moneda, y también me impactó el apaleo de focas en Canadá. Pero SETENTA Y SEIS MIL especies amenazadas con morir por la tala de bosques, la explotación minera, el calentamiento global..., es una información que al tenerla no me puede dejar indiferente.

¿Y qué hago entonces? ¿Cuál es mi propuesta o mi aporte? Personalmente, entiendo que es simple: le enseñaré a mis hijos que la competencia no es una tendencia natural entre las personas, que la vida humana vale tanto como la de una planta o un animal o una estrella o una galaxia, y que este es el único planeta que tenemos.

Pero más cotidianamente, trataré de encarnar eso en el día a día. Intentaré al menos hacer que mis actos sean una obra de arte, destinados a hacer consciencia de que este ancho planeta es un lugar agradable para vivir, y que no hay nada, pero absolutamente nada que sea más relevante que la VIDA así con mayúsculas. La realización de la vida, dure esta por años o por ocho segundos y medio, es la mejor acción posible que invito a construir.

Saludos desde la Abadía

Ricardo I.

2 comentarios:

  1. ya...tengo 8 1/2 seg.

    Ricardo...creo que estás preocupándote demasiado del planeta en desmedro de tí mismo...
    Cuantas especies se han extinto ya sin que nos enteremos??...
    Creo que eres super altruista de todas maneras y admiro eso...

    Aj...se me cansaron los dedos..

    saludos

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  2. me atrevo a decir que el mejor invento para ti desde que se creo la internet es el blog (es como leer tu antigua agenda.
    En cuanto a los 8 segundos y medio creo que son mas que suficientes para darse cuenta de algo en particular. Despeus viene la reflexion, esa ya es mas larga.
    Como dicen por ahi "el alcachofazo"

    Bueno te dejo mis saludos en este dia de truenos y relampagos

    pame.(tambien conocida como midoriko)

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