13 de julio de 2009

Educación Superior y Enseñanza de la Ciencia en Chile

Hace poco, con motivo de una actividad educacional, tuve oportunidad de revisar datos sobre un tema bastante descorazonador: la enseñanza de la Ciencia en Chile. En un artículo sin publicar pude constatar (de acuerdo a información que es pública y que aparece en MINEDUC) que aproximadamente un tercio de los establecimientos secundarios de Chile, por el sólo hecho de ser de índole técnica-comercial y/o polivalente, no incluyen dentro de sus programas contenidos de Ciencia Básica. Todo se transforma en transmisión de conocimientos aplicados.

Esto, que yo considero absolutamente razonable (no podría ser de otro modo: el conocimiento aplicado será lo que sustentará sus calificaciones técnicas), me llevó al análisis de los contenidos sugeridos para la constitución del currículo secundario Humanista-Científico. Y en esta área, de nuevo un múltiplo de tres: sólo un tercio de los horarios es destinado a la enseñanza de las Ciencias. Y ni qué decir tiene acerca de la reflexión en torno al hacer científico. Los programas en donde se reflexiona acerca del método científico y la historia de la ciencia cubren apenas un par de horas semanales, y están pensados para ser incluidos en las horas de asignaturas como Filosofía o Psicología.

Y el hecho es que, como psicólogo, soy consciente que ni unos ni otros estamos preparados a cabalidad para eso. Son pocos los psicólogos que nos interesa el área de producción de conocimientos básicos. Son pocos los filósofos dedicados a la Filosogía de las Ciencias. Entonces, ¿de dónde podría surgir interés en los profesionales de Chile acerca de la producción de conocimiento?

Yo digo, con total y absoluta responsabilidad, que un profesional que sabe muy poco o le interesa muy poco la investigación en realidad debería obtener un título de técnico. Así de sencillo. Si no hay actualización, pasa nada. Si un profesional estudia programas de post-grado (diplomas, maestrías, doctorados) para obtener mejoras de sueldo, entonces sigue siendo un técnico, quizá con mayor calificación, pero sigue siendo un técnico. La esencia de la educación superior está en la producción del saber, con independencia de si ese saber produce o no produce rédito.

Obvio que estoy hablando en términos ideales. Obvio que no soy tan ingenuo como para creer que me iba a encontrar con otros datos. Lo que me espanta es que la mayor parte de las reflexiones en torno a las mejoras a la Educación Superior son concordantes con esta suerte de indefensión en torno al tema. Muy pocos incluyen dentro de la Educación Superior la enseñanza Técnica de Nivel Superior, y así es como Chile se llena de Ingenieros que pretenden ser Gerentes de Área, de Producción, de Gestión, de Aseo, de Reloj Marcador, de Portería, etc., pero muy pocos saben realmente cómo "hacer la pega".

Bueno. Como psicólogo no escapo a ello. Quizá el trabajo de aplicar pruebas y evaluar personas, o de comunicar ideas y conceptos, o de "hacer terapia", pueda tratarse de una cosa eminentemente técnica.

Y yo creo que hay que hacer más que eso. Actualizarse es la premisa. Estar actualizado respecto de lo que se hace en la práctica de la Psicología, de la Ingeniería, de la Medicina, de la profesión que sea es un desafío tremendo en un país que no incentiva esa clase de renovación. Así es que una vez, de cada uno depende.

Saludos desde la Abadía

Ricardo I.

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