Inglaterra en 2016 votó por de salida de la Unión Europea, bajo el
manejo del Conservative and Unionist Party (Partido Conservador). El
mismo año, ganó Trump luego de Obama en USA, marcando el ascenso del
Republican Party (Partido Republicano) luego de ocho años de Democratic
Party (Partido Demócrata).
En Francia estuvo a punto de salir Marine
Le Pen (2017) del Front national (ahora llamado Rassemblement
national), autoconsiderado heredero de la "derecha nacional". En más o
menos la misma época, en Países Bajos, casi salió Gert Wilders, parte
del Partij voor de Vrijheid (Partido por la Libertad), de ultraderecha.
En Austria, el Freiheitliche Partei Österreichs (Partido de la Libertad
de Austria) es la tercera fuerza política, con acercamientos de la
derecha imperante. Y en Alemania, el Alternative für Deutschland
(Alternativa para Alemania) hace marchas con miembros del Pegida y Der
Flügel (este último calificado por varios como neonazi), y ahí estoy
hablando de septiembre de 2018. En la misma época, el
Sverigedemokraterna (Demócratas de Suecia) que es un partido de extrema
derecha, se posicionó tercero en las elecciones generales.
En Italia
el gobierno del Movimento 5 Stelle y la Liga Norte lleva más de 100
días en ejercicio. Las encuestas demuestran que la influencia del M5S se
debilita mientras crece la influencia de la Liga (de ultraderecha).
En Dinamarca, el Dansk Folkeparti (Partido Popular Danés, de extrema
derecha) es la segunda fuerza política, pero hace poco el Nye Borgerlige
(Nuevos Burgueses) juntó las firmas necesarias para presentarse en las
elecciones de 2019. Este último movimiento considera que el Dansk
Folkeparti es innecesariamente moderado.
Y luego de todo esto ¿de
verdad es como para sorprenderse de Bolsonaro en Brasil? Macri lleva en
Argentina desde 2015. Piñera tuvo un gobierno en Chile entre 2010 y
2014, y retomó tras cuatro años de la "centro izquierda" de Bachelet.
Este año en Colombia también asumió Duque, del Centro Democrático que en
realidad luce como de derecha (fue fundado por Uribe). En Perú, luego
de la crisis de PPK gobierna Martín Vizcarra de la misma alianza
política de centro-derecha. Sobreviven las excepciones de Lenín Moreno
en Ecuador, Evo Morales en Bolivia y Tabaré Vásquez en Uruguay. Y lo más
probable es que por lo menos una de ellas haga viraje hacia la derecha o
centro-derecha en los próximos dos años.
El péndulo hacia la
derecha viene impulsado hace casi 10 años y todavía no lo vemos en su
máximo, pero mientras tanto se constituye en un cuerpo que aúna
discursos, motivos y territorios en el ideario. En casi todos los
ejemplos mencionados es un ente xenófobo, "proteccionista" y anti
LGBTQI+, acusa el aumento de la delincuencia y la pérdida de los
valores, y proclama cosas como "Dios, Patria y Familia" o por el estilo.
También acusa a los gobiernos de "izquierda" o social-demócratas
previos de "tibios", "corruptos" (no vamos a negarles eso) y
"antipatriotas".
Y no sé qué hay que hacer. Pero creo importante
estar informado. Y eso, en el ruido y la confusión, es el único logro
que nos queda.
29 de octubre de 2018
27 de octubre de 2018
Ana González y Recabarren
No supimos cómo ayudarte por más que alargaste la partida. Esperamos,
con menos talento que el tuyo, que haya transparencia. Que haya paz en
la verdad. Que haya justicia. Y aun sin monumentos ni aspavientos,
haremos una estatua en la consciencia llamada Ana González y
Recabarren.
5 de octubre de 2018
No. No ganamos.
Personalmente no gané.
Tampoco esperaba ganar. Eso sí, queríamos salir del miedo.
Verán: yo vivía en los márgenes, pero en unos distintos, en donde el riesgo de vida era la norma. Se sumaba en aquel tiempo el Estado de horror y la cesantía y las balas de noche y los allanamientos a las casas al azar y saber que el vecino o conocido podía no volver y los rumores.
Rumores de muerte.
Rumores de asesinato.
Rumores de alguien que supo.
Rumores de que nadie sabía nada.
Y decir que No a todo eso equivalía a la esperanza.
Queríamos la esperanza en lugar del miedo.
Y ese hombre que aún trabaja llamado papá salió a cultivar y compartir la esperanza. Y mi hermana mayor apoyó el conteo paralelo (porque se sospechaba el fraude). Y mi madre empedernidamente porfiada, porfiadamente empedernida, auguraba que la crueldad caería de nuevo sobre todos los que levantaban la voz. Y aún así elegía levantarla y luchar como hasta ahora.
Y nos estremecimos en la noche con el resultado.
Y queríamos creer que algo cambiaría.
Algunas cosas sí. Otras no.
Seguimos en la misma desigualdad que nos iguala.
Pero hasta donde me puedo dar cuenta, pudimos salir del miedo. Habrían días en que mi abuelo lloraría al ver al tirano entregar la banda a un presidente elegido. Habrían días mejores. Habrían peores también.
Pero no.
No ganamos.
Así que sigo en el intento.
Personalmente no gané.
Tampoco esperaba ganar. Eso sí, queríamos salir del miedo.
Verán: yo vivía en los márgenes, pero en unos distintos, en donde el riesgo de vida era la norma. Se sumaba en aquel tiempo el Estado de horror y la cesantía y las balas de noche y los allanamientos a las casas al azar y saber que el vecino o conocido podía no volver y los rumores.
Rumores de muerte.
Rumores de asesinato.
Rumores de alguien que supo.
Rumores de que nadie sabía nada.
Y decir que No a todo eso equivalía a la esperanza.
Queríamos la esperanza en lugar del miedo.
Y ese hombre que aún trabaja llamado papá salió a cultivar y compartir la esperanza. Y mi hermana mayor apoyó el conteo paralelo (porque se sospechaba el fraude). Y mi madre empedernidamente porfiada, porfiadamente empedernida, auguraba que la crueldad caería de nuevo sobre todos los que levantaban la voz. Y aún así elegía levantarla y luchar como hasta ahora.
Y nos estremecimos en la noche con el resultado.
Y queríamos creer que algo cambiaría.
Algunas cosas sí. Otras no.
Seguimos en la misma desigualdad que nos iguala.
Pero hasta donde me puedo dar cuenta, pudimos salir del miedo. Habrían días en que mi abuelo lloraría al ver al tirano entregar la banda a un presidente elegido. Habrían días mejores. Habrían peores también.
Pero no.
No ganamos.
Así que sigo en el intento.
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