29 de noviembre de 2005

Los primeros libertarios

Estuvimos tratando de sacar más fotos a Alonso, y casi lo conseguimos. Es que los gatos son demasiado libres como para encuadrarlos de buenas a primeras en una maquinita que para ellos es invitación a oliscar o "atacar" lúdicamente. No se puede mucho, porque después de todo ellos son los primeros libertarios.

La mejor Estatua de la Libertad no es una escultura monumental rodeada por la mar, ante el Battery Park de Nueva York. La mejor Estatua de la Libertad es un gato sentado en el que hasta que llegó a casa creíamos que era nuestro sillón preferido. Vamos, en su sillón. Los gatos saben siempre escoger el lugar matemáticamente exacto donde causan más molestias a quienes, qué ilusos, se creen sus amos y que acaban comprendiendo que la mejor regla de urbanidad que hay que mantener en nuestras relaciones caseras con estos personajes es la paciencia.

El gato es un monumento a la independencia. Cada gato es Simón Bolívar y el General San Martín en una sola pieza. A un gato no se le puede enseñar a coger una pelota, porque no admite amos ni reconoce dueños. El gato desaparece cuando quiere, vuelve cuando quiere. (...)

Los gatos, jacobinos, librepensadores, revolucionarios, ácratas, destronan reyes a cada instante y ocupan sus tronos en forma de sillón favorito. Libertinos ejércitos siempre en combate, invaden incluso los más secretos rincones del vestidor donde la hasta entonces dueña de la casa creía que guardaba a buen recaudo sus pañuelos de seda o sus bufandas de lana, tan cálidas para dormir una siesta sobre ellas. El gato lleva dentro una Guía Michelín que le dice sin error posible dónde están los tres soles del lugar más confortable de la casa.

Nadie ha podido domeñar a un gato, amaestrarlo con domas y habilidades. Nadie ha podido apacentar un rebaño de gatos. Nadie ha transportado cargas en recuas de gatos, ha logrado que los gatos tiren de carruajes, arrastren trineos por la nieve o corran en disputa para que los hombres se jueguen su dinero. No ha habido titiritero capaz de hacerlo bailar sobre dos patas al son de un tambor.


Alguien que ama a estos felinos (como yo) ha escrito esta entretenida apología, de la cual presento un extracto. El texto completo se puede ver aquí. Las fotos conseguidas, las publico mañana miércoles.

Saludos a todos.

Ricardo I.

26 de noviembre de 2005

Guía para el gato novato

Una guía para gatos novatos. Es que con Alonso..., es entretenido vivir todo esto de nuevo...
1. Si una persona está ocupada y otra no, siéntate sobre la primera.

2. No permitas puertas cerradas en ninguna habitación de la casa. Para lograr que abran una, siéntate frente a ella y golpéala con tus uñas delanteras. Una vez que te abran la puerta, no es necesario entrar. Resérvate siempre el derecho a cambiar de opinión.

3. Duerme lo suficiente durante el día, así estarás con las baterías cargadas para jugar a tope entre la 1 y las 4 de la madrugada.

4. Si te llaman haz como que no oyes, pues todos los gatos son romanos, o los romanos son españoles, los españoles son en realidad suecos, los suecos son alemanes, los alemanes son franceses, etc.

5. No permitas que tu gente se abandone los domingos por la mañana al sueño. Ronronea como una segadora junto a su oreja mientras les mordisqueas el pelo (esto hace un ruidito sumamente denteroso) y si persisten, paséate por encima de sus cabezas procurando pisarles los ojos y la boca.

6. Un minuto antes de que tus dueños se vayan a dormir, escóndete y no respondas bajo ningún concepto.Chat noir

7. Cuando no te hagan caso en la mañana, porque están atrasados para ir al trabajo, tira la planta mas alta de la casa y rompe el tiesto en la caída. Les encantará, además, como van atrasados, ni les dará tiempo a recogerlo. Después un humano se encargará de decirle al otro humano que fue el viento. Así nunca te castigarán.

8. Sal a recibir a tus amos al balcón o al borde de la ventana, cuando salgan del auto sube a la barandilla y maúlla para llamar su atención, (esto les gusta sobre todo si vives más arriba de un 2º piso), verás como te llaman y te saludan a gritos.

9. Si oyes comentar: "hoy mi gato me ha dejado acariciarlo 3 veces...", toma cuenta, es demasiado. Practica durante 20 días, el bufido desgarrador ante cualquier ademán. Incluso si lleva jamón en la mano... No desdeñes ser contradictorio: ahora sí, en el medio del prado no, en la punta del sur sí, bajo el auto no, tras el ficus si,...

10. Por supuesto, al otro humano que viva contigo procura permitirle todo lo que te dé la gana. De esa manera fomentarás los celos entre ambos, y sacarás partido.

11. Entretén a tu gente cuando se estén bañando. Mete la cola y las patitas en el agua de la tina y luego paséate por el borde (esto es particularmente emocionante si la tina es antigua y tiene el borde curvado), con las patitas mojadas amaga continuos resbalones en el borde curvo, así el bañista estará realmente interesado en saber en que momento vas a caer a la tina convertido en una motosierra de zarpas desgarradoras de su piel desnuda.

12. Si te dejan fuera del baño y no te abren por más que grites y arañes la puerta, aprovecha para experimentar la fuerza de la gravedad con todos los adornitos del mueble del pasillo.

13. Si eres macho, nunca les marques el territorio, ni faltes de casa más de 2 horas. Si no, te llevarán a un hombre vestido de blanco, y jamás volverás a darle un gustazo a ese cuerpo serrano que tienes.

14. Cuando te monten en un auto, compórtate como un psicópata. Verás como nunca más te sacarán de tu territorio y de tu camita.

15. Si tienes que vomitar, salta rápidamente a una silla. Si no te alcanza el tiempo, vete a la alfombra.

Saludos a todos.

22 de noviembre de 2005

Claro, porque no puede ser de otra manera.

Asimilo tesoros con estas luces. Pálidamente, el desierto me sonríe.

Son días góticos estos, o tal vez de una calma inusitada y ojival que me recuerda aquellas torres vistas en una enciclopedia hace años. Lo más lejos que he llegado es hasta el centro de esta América sureña, así es que no sabría decir mucho más que. Sé que si apuesto pierdo todo, porque el escenario no es acogedor, e invita a desprenderse.

Y eso es lo que quiero.

Que me perdone la noche, la niebla, las gargantas que esperan que grite por ellas, las sonrisas aledañas y las tristezas simbólicas (otrora calladas o eternas). Esta vez no habrá más callejón que el de un irreconciliable enmudecer de paisajes. Una candente señal o milagro se muestra en plena algarabía. Es la hora de la revelación.

Soy feliz, eligiendo la aurora. Soy feliz, porque elijo que mis recuerdos sean la cura de todas las heridas, no la causa de toda la pena. Soy feliz porque he sido sincero con mi presente, mi pasado, lo que me espera.

Soy feliz, simplemente. Claro, porque no puede ser de otra manera.

Saludos a quienes han sido y siguen siendo parte de esta eternidad.

Ricardo I.

19 de noviembre de 2005

Oportunidades y derechos. Satisfactores y necesidades.

Recuerdo claramente que alguien me mencionaba, mientras veía la noticia del lanzamiento de "Mi Primer PC" por parte del gobierno, que era un poco cruel ver a niños subnutridos en India o en África recibiendo computadores o notebooks en lugar de comida. La misma persona, cuando escuchó la idea de que gran parte del problema de la pobreza se podría amortiguar facilitando el acceso a internet o a telefonía móvil en población de escasos recursos, me comentó "claro, ahora van a ponerse de acuerdo por mail pa' transar la droga...".

Luego de la rabia y la sorpresa, consideré que a estas alturas no debiera extrañarme, porque sucede muy a menudo cuando el tema "pobreza" sale a colación: un grupo de personas piensa que los pobres son inválidos que necesitan asistencia, otro grupo de personas piensa que son lacras sociales asociadas indefectiblemente a temáticas como el tráfico de drogas o la delincuencia, y otro grupo de personas mezcla un poco de ambas alternativas.

Y también sé que hay personas que no se encasillan en ninguno de estos grupos. Personas que sospechan que quebrando las lógicas de la imposibilidad y de los peligros, se puede conseguir cambios de largo alcance en la estructura social.

Pero en fin. A donde quiero apuntar es a otra cosa: creo que cualquier consideración de aplicación de estas ideas "revolucionarias" (o de otras similares) requeriría de un análisis de las oportunidades que se le pretende otorgar a las personas en situación de pobreza, y de las necesidades que se pretende satisfacer. Porque el discurso público dice que, para que las "necesidades de la gente" sean resueltas, debemos otorgarles "oportunidades". Suena de una lógica aplastante. Con las oportunidades adecuadas, cada uno podría llegar a cubrir sus necesidades fundamentales: necesidad de vivienda digna, de salud, de educación, etc.

Yo no estoy de acuerdo con esa lógica por dos razones. La primera y más simple, es que pensar en términos de oportunidades nos puede conducir peligrosamente a perder la perspectiva del tema de los derechos humanos. Obvio. Si pienso que las personas deben tener oportunidades para cubrir sus necesidades, y esas necesidades son vivienda, salud, educación, etc., en el fondo digo que no interesa garantizar el derecho a la vivienda, a la salud, a la educación..., sino que rifo oportunidades para que las ocupe el que quiera. Y, señoras y señores, los Derechos Humanos (así con mayúscula) no son para el que los quiera ejercer u ocupar, sino que son para todos. Es el mínimo posible. Es la línea base de la que debemos partir. ¿O no era esa la idea de la Declaración Universal?

En segundo término, y admitiendo que las oportunidades sean un elemento importante para la superación de la pobreza (que sí lo son, sólo las pongo en tela de juicio para ejercitar la reflexión), sea cual fuere la manera de mejorar el acceso a ellas, habría que tener en consideración que no se puede confundir las necesidades humanas, con los satisfactores de esas necesidades.

Una vez más, el mapa, amigos y enemigos, no es el territorio. Tendemos a confundir lo que queremos con lo que necesitamos. "Me quiero comprar un notebook" suena similar a "Me tengo que comprar un notebook". "Necesito un celular con cámara" rima con "Quiero un celular con cámara". "Me hace falta un auto" se confunde con "Me encantaría tener auto".

Yo no digo que no haya que darse un gusto, si es que es posible dárselo. Lo que digo es que es tan fácil la confusión, que podemos no darnos cuenta de que a veces nos queremos comprar un auto por reconocimiento social y no por necesidad de transporte o independencia. O puede ser que con la excusa de que "hoy en día es necesario", tengamos un PC en casa en el que sólo escribimos en procesador de texto y jugamos a los naipes, pero compramos el último y más caro porque "cómo no iba a tener grabador de DVD...".

Sin embargo, como dice la canción: "en el mismo barro, todos revolca'os". Yo no escapo a estos "pecadillos". Las personas de estratos sociales más altos tampoco (observen la cantidad de 30-añeros con I-Pod en la calle, y se darán cuenta de que es el juguete de esos niños grandecitos, o las PDAs de los ejecutivos para sacarle fotos a las piernas de la secretaria...). Los de estratos sociales más bajos son los que más rápidamente compran televisores o equipos gigantescos para escuchar su música.

Y todo eso es fruto de la confusión que menciono más arriba: entre derechos y oportunidades, entre necesidades y satisfactores. No es un problema inherente a una clase social, a un sector político, a un grupo etario..., esos son prejuicios posteriores que adoptamos para facilitarnos la vida y no seguir escuchando al prójimo. La confusión es una cuestión personal, sumamente cotidiana, sutil y relevante, que puede hacer la diferencia entre ver a los demás como una masa estúpida en lugar de personas inteligentes, entre ver a los votantes como electores en lugar de verlos como ciudadanos, entre ver a quienes caminan por la calle como potenciales consumidores/clientes en lugar de verlos como seres humanos/hermanos.

Bueno. Sólo eso por ahora. Abrazos a todos, desde la abadía.

15 de noviembre de 2005

Otra de Alonso...

Por estos días, Alonso me tiene loco. Entonces, y para Mauricio que también quiere foto, ahí les va..., les prometo que es una ternura en cuatro patitas... Ojalá lo conocieran en persona.



... y además...



Bueno. Eso. Maullidos de cariño para todos. Saludos y buena vida para todos.


Ricardo I.

11 de noviembre de 2005

El bueno de Alonso...

A continuación un par de imágenes del maravilloso Alonso..., para disfrutar con él...





Bueno, para que Susana vea cómo ha crecido..., para quienes lo quieren empezar a conocer. Aún hay que intensificar la modificación conductual para que haga sus necesidades en el patio, pero es que es tan tierno que se le puede perdonar mientras tanto...

Saludos a tod@s

Ricardo I.

7 de noviembre de 2005

Antes del día nuevo

Tras las luces, tengo estos días por delante. Algo así como cesantía es lo que me pasa, pero no es cierto del todo. Tengo cosas pendientes en el trabajo. Necesito estas horas relajadas y seguir trabajando como si nada, pero es apenas el comienzo.

¿Viajaré? ¿Dormiré? En realidad no tengo idea. Estas horas por venir son similares a la vida, pero no son la vida en sí misma. Las horas vividas son las que se llenan de esperanza, las que brotan del aliento de una conversación casual o urbana. Lo incidental es lo que nos llena la vida, en realidad. No hay más ultraje que tener todos los cálculos sobre la mesa para creer que se es feliz cumpliendo con los calendarios o las pirámides exactas. Los milagros ocurren cuando nos libramos al azar, y por ello es que el calendario se hace hermoso al ser olvidado, y las pirámides se hacen precisas cuando por encanto dejamos que surjan como una forma nueva en el paisaje.

Alonso, mi compañero felino, me observa. No se ríe ni se entristece. Él sólo contempla esta habitación con la sabiduría de un sacerdote pagano y con los colmillos de una deidad egipcia. Luego respira y deja que el tiempo sea tan plácido como lo permita el escalofrío que le recorre mientras lo invade el sueño.

Creo que seguiré bebiendo estas horas. Por si acaso, antes del día nuevo, aparece algún plan irrealizable que pueda establecer en las horas que vienen.

Desde el delirio

Ricardo I.

El paisaje, cuarta parte de "Los nuevos sustantivos"

Hay un fondo para todo. Hay un escenario en que se dan las cosas. Hay un articulado espacio-tiempo en que lo cotidiano se desarrolla, en que alguien dice algo, o en que alguien realiza algo.
Así como las teorías no andan por la calle, y así como los hechos humanos no pasan por sí solos, así también todo eso ocurre (sucesiva o simultáneamente) en un lugar común. A mí me gusta nombrarlo paisaje, quizá porque tengo una secreta vocación de ecologista, pero por sobre todo, porque es una buena alternativa a la palabra "país" tan manoseada y archi-contra-argumentada por representantes, ministros, parlamentarios, empresarios, corporativos, abogados, personeros, jefes subrrogantes y demases.
El paisaje siempre estuvo ahí. Siempre está. Estará en lo que viene. Mudo, testigo silencioso de nuestros movimientos o inacciones. El paisaje es sabio, sabe lo que requiere para mantenerse o ser agradable, sabe acomodarse a las inclemencias de nuestro descuido o nuestra preocupación y se disfraza de sitio eriazo o fértil bosque. Es un camaleón que dicta reglas incuestionables: un cerro, un río, un curso de agua, un desnivel, etc. Está vivo, desde antes de nosotros. Y nuestra labor más responsable sería adaptarnos a él. Eso es evolución. Por esa capacidad es que llegamos a ser los primates que somos en la actualidad.
Pero por estos días, hay quienes creen (no sé si buena o malamente) que el paisaje debe adaptarse al ser humano, como en una suerte de "flojera evolutiva". Y comparto lo que decía a ese respecto un psicólogo (un "cabroncete de los cojones"): no sabemos a dónde nos llevarán todas las posibilidades de la tecnología actual, en especial aquellas que nos permiten pasar por encima de casi toda barrera natural que tenemos como seres biológicos.
Personalmente tengo muchísimas reservas acerca de la transformación del paisaje. No quiero volver a la Era Preindustrial ni a la Edad Media, ni quemar ordenadores, ni pisotear celulares o palms, ni dispararle a las luces de la ciudad, ni sabotear industrias (aunque como fantasía pueda ser bastante divertido...). Pero sí me encantaría tener la sabiduría de aquellos hombres y mujeres que sabían convivir con su paisaje pensando en las necesidades humanas, no en las necesidades corporativas o de entidades abstractas que pretenden autoperpetuarse (estoy hablando de todas aquellas instancias en donde aparecen personas que instrumentalizan el orden para conseguir poder o dinero: Gobierno, Ciencia, Religión, etc.)
Todo esto para decir que, cuando escuchen a uno de los tantos representantes, ministros, parlamentarios, empresarios, corporativos, abogados, personeros, jefes subrrogantes y demases, hablar de el "país" jamás se estarán referiendo a la geografía particular que escoge un grupo humano para con-vivir y realizar su vida, sino que instrumentalizan la geografía para referirse a los que en ese espacio viven y terminan apropiándose de su voz para hablar finalmente nada más que a título personal. Buscando perpetuar el poder que tienen o buscando algún beneficio económico. O ambas.
En síntesis: toda esta fauna que menciono (y muchos otros más) niega el paisaje en sus discursos, pretendiendo que lo que más (les) interesa es/son los que en ese espacio viven.
¿Y a qué costo? Bueno, los huracanes recientes son un buen ejemplo del costo que estamos asumiendo por negar el paisaje. Hay estudios tremendamente serios que afirman que la intensidad de estas tragedias recientes se relaciona con el fenómeno del calentamiento global. Y para no ponernos tan globales: ya sucedió en nuestro país con los cisnes de la Décima Región, y sucedió con las represas en el Alto Bío-Bío, y sucederá con Pascua Lama si las cosas siguen tal cual...
¿Sugerencias? Bueno, volcarnos al paisaje. Preocuparnos acerca de lo que ocurre en él. ¿Un ejemplo de algo que hacer al respecto? Podríamos empezar por enterarnos de lo que sucederá con el Parque Pedro del Río y Zañartu, en donde algunas hectáreas están siendo (o ya fueron) traspasadas a privados para proyectos inmobiliarios.
Y por qué no, mirar más lo que nos rodea, hacernos país en el lugar de donde somos, porque nuestra condición de ciudadanos es en gran medida inseparable de nuestra condición de paisanos, o sea, de habitantes del hermoso paisaje en que nos toca vivir.

Saludos desde el paisaje.

Ricardo I.

2 de noviembre de 2005

A un gato

"No son más silenciosos los espejos
ni más furtiva el alba aventurera;
eres, bajo la luna, esa pantera
que nos es dado divisar de lejos.

Por obra indescifrable de un decreto
divino, te buscamos vanamente;
más remoto que el Ganges y el poniente,
tuya es la soledad, tuyo el secreto.

Tu lomo condesciende a la morosa
caricia de mi mano. Has admitido,
desde esa eternidad que ya es olvido,
el amor de la mano recelosa.
En otro tiempo estás. Eres el dueño
de un ámbito cerrado como un sueño."

Jorge Luis Borges

El nuevo compañero-gato-de-camino se llama Alonso. Está recién salvado de las fauces de cuatro perros que no hicieron más que revelar su condición de sobreviviente. Pero ahora está feliz. Ya duerme a destajo y ya contempla las cosas que nosotros los humanos jamás habremos de mirar.

Gracias por esta bendición, a Susana y a Mariela.

Desde los bigotes rotos

Ricardo I.

Rabia

Tengo rabia. Tengo la rabia larga y la alegría del comienzo. Y lloro de ver a mi padre temer y de ver a mi madre entrever. Porque la rab...