Estos maestrísimos de Ojos de Brujo van a sacar todo el 2011 despidiéndose. El exitoso colectivo artístico "se ha junta'o" con lo mejor de la canción ibérica para encarar lo que sería su álbum de despedida. Lo habitual en ellos (la mezcla entre hip-hop y flamenco, pasando por raíces griegas y gitanas y africanas) es extraordinario para el oído del común de los mortales.
Recomiendo pasarse por este trabajo, en que figuran colaboradores como Drexler, Bebe y Najwa Nimri (sí, la misma, la actriz...).
Corriente Vital, en iTunes
23 de marzo de 2011
13 de marzo de 2011
Horror al gusto del consumidor
Cuando inicié mi afición de escribir este espacio, por allá por 2004, me las ingenié para realizar una crítica sobre el formato de pantalla, los contenidos que le constituyen, y la ausencia de contenidos clave. Hoy gran parte de esas ideas las he visto retratadas con la dramática situación de Japón, pero además con la interesante selección de contenidos que se ha producido a propósito del terremoto y posterior tsunami, y su efecto en el grado de horror vivido por la población. Y digo horror a propósito, ateniéndome a esa implicación de asco, repudio profundo, mezcla de temor y miedo que otra vez se apoderó de los ciudadanos.
Si el viernes 11 de marzo ud. prendía un televisor quedaba con una impresión de alarma en caso de ver canales nacionales, remitidos a la inminente evacuación preventiva, pero con golpes de efecto poco clarificadores que derivaban en un horror difuso y desconfiado ante la evacuación. En cambio, si ud. disponía de televisión por cable, podía darse cuenta que la verdadera prioridad era la alerta nuclear, cuando menos en gran parte de los medios extranjeros, y el horror era más preciso, profundo, casi apocalíptico. Y si ud. decidía apagar el televisor, podía volcarse a las redes sociales, ese quinto poder erigido en los últimos años, y saber noticias que no estaban en ninguna otra plataforma, y que bien podían horrorizarle o hacerle reír entre el espanto, y comentar críticamente la falta de luces de algunos personajes de los medios del país.
El horror estaba escalado al poder adquisitivo del propietario de las pantallas. Si ud. solamente disponía de acceso de medios tradicionales, no recibía mucha información útil (a no ser que oyera al correctísimo Marcelo Lagos de Televisión Nacional de Chile). Como en otras ocasiones, en lugar de eso (que sí lo hizo la radio, encarnada en Radio Biobío y ADN Radio Chile), la televisión abierta hablaba de generalidades.
Un contraste gigante con lo que realizó la mismísima NHK en Japón, con un segmento digital de emisión dedicado especialmente a enviar información del movimiento telúrico, de las cartas de inundación, de vías de evacuación apropiados, etc. Otra vez, cuando realmente se requiere, los medios de este país demuestran que, para que el horror disminuya (ese miedo infernal a la incertidumbre y a lo desconocido que descentra al ser humano), hay que desembolsar algún monto, porque los medios (gratuitos por cierto) no se caracterizan por la calidad.
Desde mi rincón
Ricardo I.
(Fotografía: Felipe Reyes, derechos reservados)
Si el viernes 11 de marzo ud. prendía un televisor quedaba con una impresión de alarma en caso de ver canales nacionales, remitidos a la inminente evacuación preventiva, pero con golpes de efecto poco clarificadores que derivaban en un horror difuso y desconfiado ante la evacuación. En cambio, si ud. disponía de televisión por cable, podía darse cuenta que la verdadera prioridad era la alerta nuclear, cuando menos en gran parte de los medios extranjeros, y el horror era más preciso, profundo, casi apocalíptico. Y si ud. decidía apagar el televisor, podía volcarse a las redes sociales, ese quinto poder erigido en los últimos años, y saber noticias que no estaban en ninguna otra plataforma, y que bien podían horrorizarle o hacerle reír entre el espanto, y comentar críticamente la falta de luces de algunos personajes de los medios del país.
El horror estaba escalado al poder adquisitivo del propietario de las pantallas. Si ud. solamente disponía de acceso de medios tradicionales, no recibía mucha información útil (a no ser que oyera al correctísimo Marcelo Lagos de Televisión Nacional de Chile). Como en otras ocasiones, en lugar de eso (que sí lo hizo la radio, encarnada en Radio Biobío y ADN Radio Chile), la televisión abierta hablaba de generalidades.
Un contraste gigante con lo que realizó la mismísima NHK en Japón, con un segmento digital de emisión dedicado especialmente a enviar información del movimiento telúrico, de las cartas de inundación, de vías de evacuación apropiados, etc. Otra vez, cuando realmente se requiere, los medios de este país demuestran que, para que el horror disminuya (ese miedo infernal a la incertidumbre y a lo desconocido que descentra al ser humano), hay que desembolsar algún monto, porque los medios (gratuitos por cierto) no se caracterizan por la calidad.
Desde mi rincón
Ricardo I.
(Fotografía: Felipe Reyes, derechos reservados)
1 de marzo de 2011
Nova scientia
Con el tiempo, se descubrió que la Ciencia de la era de la "Modernidad" era más bien una derivación más específica de la Alquimia, y en su argumentación lógica e insuficiente nunca logró sobreponerse a las ideas originales: la constitución elemental del mundo y el universo podían seguir siendo explicadas por un equilibrio delicado y no efímero que abarcaba lo que los habitantes del siglo XXI recibieron de sus abuelos como Geología, Física, Meteorología y la comprensión más refinada posible de la Química Orgánica. Más tarde, la escuela de Extramzen (ex-Shangai) abandonó categóricamente la pretensión de superponer la Biología al estudio global de los seres y las individualidades, con lo cual el modelo de Microcosmos terminó siendo insólitamente revalidado tras lo que Dallington y Pearsen llamaron "el oscurantismo de la Revolución Industrial".
Ese fue el respaldo que los maestros de la Alquimia en los institutos educativos obtuvieron. Sus arduas investigaciones arqueológicas para descifrar el funcionamiento de las deidades de bolsillo con nombres artificiosos y antropomórficos, artefactos hechos de caminos metálicos sobre tarjetas de color verde, piedras movidas con brazos de hierro, instalaciones para comunicación a distancias descomunales por complejos sistemas de cables, impactos constantes de información ante sus rostros, etc, no eran más que el inicio de la refutación definitiva a Galileo y Newton. En cincuenta años de reconstrucción filológica Schwartz emitió su veredicto final, y se hizo pública la condena al vértigo de la técnica, a la praxis de las posibilidades de intervención sobre la vida humana y a los constantes entredichos surgidos de la modificación de las condiciones de acción en el planeta que, por aquella época, llamaban Tierra.
Ese fue el respaldo que los maestros de la Alquimia en los institutos educativos obtuvieron. Sus arduas investigaciones arqueológicas para descifrar el funcionamiento de las deidades de bolsillo con nombres artificiosos y antropomórficos, artefactos hechos de caminos metálicos sobre tarjetas de color verde, piedras movidas con brazos de hierro, instalaciones para comunicación a distancias descomunales por complejos sistemas de cables, impactos constantes de información ante sus rostros, etc, no eran más que el inicio de la refutación definitiva a Galileo y Newton. En cincuenta años de reconstrucción filológica Schwartz emitió su veredicto final, y se hizo pública la condena al vértigo de la técnica, a la praxis de las posibilidades de intervención sobre la vida humana y a los constantes entredichos surgidos de la modificación de las condiciones de acción en el planeta que, por aquella época, llamaban Tierra.
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