No es sólo que aparte de El Rey León, Disney esté trabajando en Aladdin
(dirigida por Guy Ritchie), sino que en 18 proyectos de películas
re-imaginadas (Dumbo, Chip y Dale, Mulán, Peter Pan, Tinker Bell versión
Reese Whiterspoon, Pinocchio, etc.) y segundas partes (Maléfica 2, El
libro de la selva 2) de las sagas ya iniciadas.
Si a eso le sumamos
que casi no hay saga de videojuegos que no haya sido reformateada en HD
y/o en 4K, se me aparece el fantasma del hiperrealismo.
No se
trata de falta de creatividad, como algunos asumen tan rápidamente, o
al menos, es eso pero como parte de un factor menor. Más bien la máquina
de hacer dinero se ha dado cuenta que la hiperrealidad, la alta calidad
de la recreación de lo natural (más real que lo real, más natural que
lo natural) va reconquistando los mitos modernos, y el consumidor
necesita rehacerlos en su mente, reconstruirlos en los nuevos formatos.
Lo contrario es el purismo de lo vintage y su hiper originalidad sin
recreación, pero aún allí la lógica de la máquina se entreteje con el
capricho infantil de recuperación de lo vivido.
Bueno. También iré a verlas. Obvio.
10 de diciembre de 2016
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