13 de enero de 2005

Delincuencia y Opinión Pública

Durante la segunda semana de el año 2005 se publicó en Chile, en el Diario La Tercera (11 de Enero), los resultados de una encuesta telefónica llamada “Delincuencia y Opinión Pública”, realizada por la Fundación Paz Ciudadana, conocida en este país por su labor orientada a lanzar luz sobre el tema de la delincuencia.

Según esa publicación, el 61,6% de los chilenos cree que la delincuencia en el país ha aumentado en el último año, en tanto que otro 28,7% piensa que se ha mantenido y el 9,7% opina que los índices han disminuido.

En el mismo estudio, consultadas las personas acerca del futuro en materia de seguridad, el 51,8% de las personas encuestadas piensan que los delitos aumentarán, mientras que el 19,8% estima lo contrario. Por último, el informe reveló que 65,8% de los encuestados manifestó que en el último año la delincuencia ha sido más violenta que en años anteriores, mientras que el 7,9 cree lo opuesto.

La Tercera finaliza el artículo agregando que “Gonzalo Vargas, gerente general de Paz Ciudadana, explicó que la encuesta revela una contradicción entre la percepción de la población y las cifras reales de denuncias, que empíricamente han bajado en los últimos meses. Según el ejecutivo esto se explica porque la baja llega con cierto rezago a la opinión de la ciudadanía, algo que es responsabilidad de la clase política”

Hasta acá todo esto es la información emitida por los medios de comunicación. Más tarde, otros diarios revelaron más informaciones al respecto, y las consecuencias de estas cifras desde la Presidencia del país, desde el Ministerio del Interior y desde Carabineros.

Fuera del provecho político que pudiera llegar a haberse generado, mi parecer es que la explicación del gerente de Paz Ciudadana es, por lo menos, poco imaginativa, y obedece al tenor general que adquieren otras noticias en nuestro país. En Chile los problemas que son noticia (o sea “lo único que ocurre de importancia”) siempre terminan siendo responsabilidad del gobierno y/o de la clase política. No quiero erigirme en defensor de estos dos estamentos ni nada parecido. Sólo quisiera decir que me parecen explicaciones poco imaginativas.

Para resolver el tema, decidí preguntarle a alguien imaginativo, o mejor dicho, a varias personas más imaginativas. Así es que hice una mini-encuesta con cinco niños de hasta siete años. Y les pregunté acerca de asaltos y/ robos que ellos hubieran escuchado. Y ellos me contaron casos atroces, de secuestros y ataques, de armas y otras hierbas.

¿Cómo un niño de 7 años maneja tanta información? Y ellos me dieron la clave. Los hechos narrados no les sucedieron a sus familiares ni a conocidos. Los vieron “en la tele”.

Mi encuesta no es ni representativa ni científica. Ni siquiera espero que lo sea. Pero contagiado por la imaginación de esos niños, me atrevo a apostar que tras hacer un estudio serio al respecto no sería extraño encontrar que los casos más terribles que conocemos de delincuencia los hayamos visto “en la tele”.

Luego de eso, no entiendo cómo a nadie se le ocurre que las personas aprendemos por observación, que nuestras percepciones no están mediadas necesariamente por experiencias directas, sino también modeladas desde agentes socializadores de mayor largo alcance que la familia o los amigos del barrio. Ese día, tras la noticia, nadie recordó hablar de la responsabilidad de los medios de comunicación en las percepciones de la población.

Pero también es lógico. No es muy a menudo que los medios de comunicación se comen la cola a sí mismos o hacen ejercicios de auto-observación. Lo que interesa es ampliar la cobertura de noticias que sean “pop”. Eso “vende” (o por lo menos, eso es lo que nos informan). Quien haya visto “Bowling for Columbine” recordará que este fenómeno sucede también en Estados Unidos.Así es que por ahora, tendremos que aceptar que somos un país con mala información, o informado a medias. Tendremos que esperar que la población, ojalá pronto, se dé cuenta de que a veces los datos reales van en una dirección distinta de la que sugieren la mayoría de los noticiarios.

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