9 de marzo de 2010

Elecciones en Chile II: antes de la realidad

Mañana jueves, día once de marzo, comienza la realidad consumada de las elecciones. Entre el periodo de votación y el ascenso real al poder del candidato ganador, la nación se encuentra en una especie de limbo lleno de suspicacias, rumores, dimes y diretes.
Y resulta que en mitad de ese limbo, la Tierra también expresó su opinión. Lejos de tratarse de una alerta geológica solamente, mi país se desnudó de manera repentina, dejando en claro que la realidad que se nos avecina no es más que la continuación de todo, el fin del limbo y entresueño. El terremoto que borró habitantes y paisaje nos hizo mirar la imagen que dejamos en el espejo y que se nos devuelve con sinceridad brutal. Sub-desarrollo y la lógica del "ganador", la competencia en su versión más triste y la omnipresente moral distorsionada del hurto y la ocasión.
Un video ampliamente difundido muestra a una persona robando un montacargas. Acto seguido se justifica: "Estaba bota'o...". La misma lógica que subyace a construir mal un edificio y luego aducir "Nadie me fiscalizó...". Y también la misma que utilizarán los bancos y multitiendas cuando cobren intereses irrisorios y digan "Es lo que permite la ley..."
Los precios inundaron Chile y reemplazaron a los valores, que a su vez se transtocaron en abstracciones decadentes dadas por cierta religiosidad mustia y semi-militar.
Quiero creer que hubo un tiempo en que los valores estaban ligados a los hechos, y tal vez eran lo mismo después de todo. Hacer las cosas bien no significaba eficacia o efectividad, sólo se trataba de hacer las cosas con amor. Respetar a los demás no era respeto y civilidad, sino respetar y hacerlo con intención..., y así sucesivamente.
Supongo que a partir de mañana sólo habremos de rendirnos ante la nueva lista de precios. Yo me quedo en la Abadía

Ricardo I.

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