18 de septiembre de 2011

Décimas en el Te Deum

Décimas del Te Deum 18 de Septiembre de 2011, acompañadas de guitarrón chileno. Corresponderían a un Canto a lo Divino de invocación.
"Cuánto nos cuesta la vida
con sus desgracias tan grandes
como ocurrió en Juan Fernández
gente desaparecida.
Somalía hoy sumida
en hambre y necesidad.
Luchemos con unidad
para la patria futura,
así reine la cultura
de la solidaridad. 
Clama el joven a su modo
un derecho, no ilusión,
por mejor educación
gratuita y para todos.
Esperanza, codo a codo,
al crecer con igualdad,
caridad en la verdad
con Jesús, sol de justicia,
que con su buena noticia
cambiemos la sociedad."
Francisco Astorga Arredondo. Cantor, poeta y payador chileno.

Saludos

Ricardo I.

3 de septiembre de 2011

The Corporation

Con humildad. Con todo cariño. Con paciencia infinita. Le invito a ver "The Corporation". Es un documental tremendo y esperanzador sobre cosas que pasan en todo el planeta, pero que atañen en especial a este rincón de Latino América.


Y recuerde: leer hace bien. Leer a los que leen, tanto mejor. Pero leer este tipo de documentales, hace tantísimo mejor para el espíritu. Saludos

Ricardo I.

1 de septiembre de 2011

Decía el maestro Archer que la ejecución de la música está asociada al juego en francés y en inglés. En español, le damos una connotación más táctil. Raro. No debemos perder de vista la diversión cuando oímos música, cuando disfrutamos de la música, cuando la compartimos con otros.
Bobby McFerrin, que estuvo en Chile hace un par de semanas, con su amigo Chick Corea al piano, son los protagonistas de Play. Ambos invocan espíritus y recobran el sentido del juego en el arte de combinar melodías e improvisar líneas. Mención aparte la introducción de McFerrin para "Autumn Leaves".
Play en iTunes Store


Ricardo I.

31 de agosto de 2011

Está utilizando la reserva de batería

Me sucede por no almorzar. Por esperar renuente la tarde. Por considerar que las cosas no son como creo que son. Soy una especie de Mesías de mi propia Matrix, pero sin glamour y muy poco punk. Tengo demasiado folk en los dedos.
Respiraré profundo y continuaré. Quizá el indicador de batería está equivocado.
Ricardo I.

10 de agosto de 2011

Cortar y Pegar


Recomiendo totalmente una revisión al último trabajo de Jazzimodo. No sólo Paz Court aporta con una belleza imponderable de voz y de presencia. No sólo Lautaro Quevedo deslumbra con su virtuosismo y excelente gusto. En la mezcla desafían la física clásica y crean energía de la nada.
Dele una vuelta. Los puede hallar en iTunes. Y no mate la música chilena. Por lo menos, la nacional no.
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Cortar y Pegar, en iTunes.

9 de agosto de 2011

La esperanza y la modificación

Chile no merece menos que una educación gratuita y de calidad, y una Educación Superior que no esté estructurada en torno al "Libre Mercado".
No sólo educamos ciudadanos. En eso a veces el reclamo puede aparecer recortado. También hay un grito del alma, y se trata al mismo tiempo de una especie de melodía certera y repetitiva. El escritor Jorge Baradit ha escrito en El Post un par de líneas sobre esa sensación, y yo (humildemente) recuerdo aquellas líneas que escribí hace tres años, hastiado de las pseudo-revoluciones:
Quiero que las cosas sigan igual.
No quiero monarcas solucionándome las cosas. No quiero que los mercaderes me solucionen las cosas. No quiero soluciones militares. No quiero a Dios solucionando mis cosas.
No quiero que Santiago me solucione las cosas.
En aquel entonces, ante la perspectiva de la inutilidad de cualquier tipo de cambio, me ganó la desesperanza. Baradit en sus líneas invita a alentar la luz de lo casi perdido: la presencia constante de este sentimiento de que las cosas no son normales así como son, y pueden modificarse.
A esa luz me sumo. Que si cambiamos las cosas, sea haciendo carne las fuerzas de la historia.

Ricardo I. 

29 de julio de 2011

¡Abajo el eufemismo! (Sobre la unión homosexual)

La discusión sobre el matrimonio homosexual, transformada ahora en una discusión sobre las uniones de hecho, expone un problema añejo de nuestra sociedad local: la intención encubierta. A fuerza de mantener la exclusividad del matrimonio entre heterosexuales, hace ya dos años se han hecho propuestas para crear un estado artificial, un sucedáneo de unión legal entre personas, que sólo sirve para darle más importancia al matrimonio como institución, y de paso escudarse en que se quiere beneficiar a "la inmensa mayoría" de parejas de convivientes de nuestro país.

La pregunta que los opositores al matrimonio homosexual deberían hacerse es si la institución que defienden, en tanto forma de constitución tradicional de la sociedad, se debe seguir prestando para eufemismos. Algunos le llaman "sagrada institución" por considerar que se trata de una estructura establecida desde lo religioso, pero los datos históricos nos muestran que desde el albor de occidente se trataba más bien de un asunto civil, y que por otra parte ha sido objeto de infidelidades, de la existencia de "hijos por fuera" y otros fenómenos quizá inconfesables. Entonces ¿sigue siendo una institución tan sagrada?

Los más críticos adhieren (y lo comparto) a que el matrimonio sólo opera como un mecanismo patriarcal para la repartición de la heredad, en donde la exclusividad de pareja ha terminado siendo opcional. Por tanto, el matrimonio entre parejas del mismo sexo no debiera ser objeto de jugarretas legales ni de resquicios ni nada por el estilo. Debería aceptarse sin más. Y con ello, se debería abogar de una vez por todas por la diversidad sexual, aspecto cuya negación cotidiana mantiene a personas de carne y hueso en el sufrimiento social y personal.

Por eso, y para erradicar el insulto en que se han convertido las intenciones de consenso de diversos sectores políticos, es que se hace necesario re-conocer las propuestas de quienes apoyan la unión homosexual:
- La (nueva) Fundación Iguales continúa en su campaña de promoción del debate en torno a la diversidad sexual, con todos los actores políticos que se sumen.
MOVILH hasta ha generado material educativo (ya va en la segunda edición) para sacar a nuestro país de la vaguedad e imprecisión ocasionada una y otra vez por la hipocresía.

Saludos

Ricardo I.

13 de julio de 2011

Detención. (The Rite of the Strings).


(The Rite of the Strings: Clarke, Di Meola y Luc-Ponty)
Fue grabado en 1995, pero suena fresquísimo y delirante. Tanto, que tras mi recomendación (¡consígalo a como dé lugar!), me permito transcribir las palabras que derivaron de escucharlo detenido ante la inmensidad de la madrugada penquista.



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Me quedo en suspenso o detenido el tiempo suficiente para que todo se resuelva en vacío. Puedo hacer que las melodías retornen a mi neurosis. Renaissance, en el rito de las cuerdas. El abismo en el roce de la crin, en el fulgor de bordona quemándose, en la madera que canta.
Albergo esta madrugada otra vez como recuerdo y armónico de mi insomnio.

(Y con La Canción de Sofía, el conocimiento está en menores. La nombrada por esa aurora es una mujer de carne y carne, de hueso quieto. El rito no perdona, y tras la pausa se dibuja la textura de una niña que siempre quiso cantar su propia suerte.)
Mientras caen los acordes: voy resucitando de mi invierno. Tengo treinta y dos, y eso es bueno. Me quedan un siglo para seguir cantando, mi guitarra, y mi corazón porfiando. Quizás halle más razones. Quizás la línea de colores entre el horizonte y el porvenir baste.


Ricardo I.

1 de junio de 2011

(mis) llaves

Llevar un plan de escape escrito en el pensamiento es una forma de vivir. Por ejemplo: salgo cada mañana pensando que volveré a casa, que estaré en calma, que habrá ratos de ocio, que sobrarán los pasos para volver.

Hoy, tras cerrar la puerta, entendí las llaves fuera de mi bolsillo y el reloj se contrajo durante un par de segundos. No había cómo volver al departamento ya vacío. Terminé por recordar todos los planes de escape que alguna vez tracé: imaginé vidrios rotos, trozos de piel dejando entrever la sangre en mis puños, la llegada de otros al pasillo, la policía pisando fuerte y marchando a destiempo para atraparme sin saber que yo era el dueño, o que al menos eso figuraba en los papeles. Pero toda enumeración es inútil más que bella y estimulante, y tras cerrar ese espacio de mi memoria, adiviné el perfil irregular de las llaves en el bolsillo contrario.

Por ahora, nadie se entera de la usurpación. Aún soy el supuesto hermano de alguien que solía vivir allí, con otros sueños y otras ropas, pero con el mismo juego de metales que ahora tintinea en mi bolsillo.

(psycho)

15 de mayo de 2011

María y la compleja simpleza de las revoluciones

Si el río corre, no podemos dejarlo correr. Si la consciencia fluye, nos es imperiosa la interrupción. Si la vida da un vuelco, no queremos abandonarnos al asombro.

Y ahí está el origen de la enajenación.

Una antigua maestra vino a horadar mi memoria con simpleza, con palabra certera, con gesto mínimo. Y así, con poco más que sus palabras (un fervor total en el tono de voz, reflejando una vida hecha de tesón y ternura), terminó por recordarme lo que soy.

Soy ese hombre inacabado de música, ávido de asombro, de tenaz persistencia en sus errores. Aparezco lento y con falta tremenda de agilidad. Digo más de lo necesario, y callo también demasiado. Y soy por sobre todo ese niño de escuchar atento, de inquietud permanente, lector y enfermizo, protagonista casual de escenarios, empecinado en prolongar la memoria.

El viernes todo se hizo de golpe y de nuevo en mi cabeza: el discurso cadencioso de Jorge repartiendo inteligencia, la mirada de su pequeñísima y blonda hija Diana, la calma en las palabras de María. Desde la mitad del mundo vino hace casi 25 años a conocer nuestra patria y nuestros andares. Y en aquel entonces nosotros sólo éramos un grupo de lectores que se unían en lo oscuro y clandestino, buscando hablar y cantar en plena Dictadura. En ese entonces todo era rumores y desorden, los papeles y las horas no alcanzaban para entretejer todas las historias (de los que se habían borrado y de los que aún desaparecían, de los que volvían, de los que buscaban volver), y nuestros pensamientos aún estaban amarrados a la esperanza.

Y por estos tiempos en que abunda en mi espíritu la decepción y la tristeza, volvió a aparecer aquello propio. Me comprendí otra vez en mi discurso y en mi forma de contar la historia: no podemos interrumpir al planeta, pero es nuestro deber revolucionar su curso para que siga fluyendo y para que no se estanque la vida. Ahora me recuerdo tal cual en eso mismo, y las cosas que hago/no-hago y que digo/no-digo recobran ese antiguo nuevo sentido.

Es complejamente simple: la memoria no reside en las circunvoluciones del cerebro, sino en las revoluciones del alma. Allí donde nace un recuerdo, nace una consciencia más amplia y más plena y, por tanto, se da un paso más hacia la libertad.

Ricardo I.

PS: María del Carmen Garcés, escritora y poeta ecuatoriana, nos presentó el 13 de Mayo su texto "Conversaciones con Pombo", el más reciente en su investigación de 25 años en torno a la guerrilla del Che Guevara en Bolivia. Su pareja, el argentino Jorge Orduna, es autor del libro "Ecofascismo".

23 de marzo de 2011

Corriente Vital, de Ojos de Brujo: adiós, maestros

Estos maestrísimos de Ojos de Brujo van a sacar todo el 2011 despidiéndose. El exitoso colectivo artístico "se ha junta'o" con lo mejor de la canción ibérica para encarar lo que sería su álbum de despedida. Lo habitual en ellos (la mezcla entre hip-hop y flamenco, pasando por raíces griegas y gitanas y africanas) es extraordinario para el oído del común de los mortales.
Recomiendo pasarse por este trabajo, en que figuran colaboradores como Drexler, Bebe y Najwa Nimri (sí, la misma, la actriz...).

Corriente Vital, en iTunes

13 de marzo de 2011

Horror al gusto del consumidor

Cuando inicié mi afición de escribir este espacio, por allá por 2004, me las ingenié para realizar una crítica sobre el formato de pantalla, los contenidos que le constituyen, y la ausencia de contenidos clave. Hoy gran parte de esas ideas las he visto retratadas con la dramática situación de Japón, pero además con la interesante selección de contenidos que se ha producido a propósito del terremoto y posterior tsunami, y su efecto en el grado de horror vivido por la población. Y digo horror a propósito, ateniéndome a esa implicación de asco, repudio profundo, mezcla de temor y miedo que otra vez se apoderó de los ciudadanos.

Si el viernes 11 de marzo ud. prendía un televisor quedaba con una impresión de alarma en caso de ver canales nacionales, remitidos a la inminente evacuación preventiva, pero con golpes de efecto poco clarificadores que derivaban en un horror difuso y desconfiado ante la evacuación. En cambio, si ud. disponía de televisión por cable, podía darse cuenta que la verdadera prioridad era la alerta nuclear, cuando menos en gran parte de los medios extranjeros, y el horror era más preciso, profundo, casi apocalíptico. Y si ud. decidía apagar el televisor, podía volcarse a las redes sociales, ese quinto poder erigido en los últimos años, y saber noticias que no estaban en ninguna otra plataforma, y que bien podían horrorizarle o hacerle reír entre el espanto, y comentar críticamente la falta de luces de algunos personajes de los medios del país.

El horror estaba escalado al poder adquisitivo del propietario de las pantallas. Si ud. solamente disponía de acceso de medios tradicionales, no recibía mucha información útil (a no ser que oyera al correctísimo Marcelo Lagos de Televisión Nacional de Chile). Como en otras ocasiones, en lugar de eso (que sí lo hizo la radio, encarnada en Radio Biobío y ADN Radio Chile), la televisión abierta hablaba de generalidades.

Un contraste gigante con lo que realizó la mismísima NHK en Japón, con un segmento digital de emisión dedicado especialmente a enviar información del movimiento telúrico, de las cartas de inundación, de vías de evacuación apropiados, etc. Otra vez, cuando realmente se requiere, los medios de este país demuestran que, para que el horror disminuya (ese miedo infernal a la incertidumbre y a lo desconocido que descentra al ser humano), hay que desembolsar algún monto, porque los medios (gratuitos por cierto) no se caracterizan por la calidad.

Desde mi rincón

Ricardo I.

(Fotografía: Felipe Reyes, derechos reservados)

1 de marzo de 2011

Nova scientia

Con el tiempo, se descubrió que la Ciencia de la era de la "Modernidad" era más bien una derivación más específica de la Alquimia, y en su argumentación lógica e insuficiente nunca logró sobreponerse a las ideas originales: la constitución elemental del mundo y el universo podían seguir siendo explicadas por un equilibrio delicado y no efímero que abarcaba lo que los habitantes del siglo XXI recibieron de sus abuelos como Geología, Física, Meteorología y la comprensión más refinada posible de la Química Orgánica. Más tarde, la escuela de Extramzen (ex-Shangai) abandonó categóricamente la pretensión de superponer la Biología al estudio global de los seres y las individualidades, con lo cual el modelo de Microcosmos terminó siendo insólitamente revalidado tras lo que Dallington y Pearsen llamaron "el oscurantismo de la Revolución Industrial".
Ese fue el respaldo que los maestros de la Alquimia en los institutos educativos obtuvieron. Sus arduas investigaciones arqueológicas para descifrar el funcionamiento de las deidades de bolsillo con nombres artificiosos y antropomórficos, artefactos hechos de caminos metálicos sobre tarjetas de color verde,  piedras movidas con brazos de hierro, instalaciones para comunicación a distancias descomunales por complejos sistemas de cables, impactos constantes de información ante sus rostros, etc, no eran más que el inicio de la refutación definitiva a Galileo y Newton. En cincuenta años de reconstrucción filológica Schwartz emitió su veredicto final, y se hizo pública la condena al vértigo de la técnica, a la praxis de las posibilidades de intervención sobre la vida humana y a los constantes entredichos surgidos de la modificación de las condiciones de acción en el planeta que, por aquella época, llamaban Tierra.

Rabia

Tengo rabia. Tengo la rabia larga y la alegría del comienzo. Y lloro de ver a mi padre temer y de ver a mi madre entrever. Porque la rab...