(Esto fue imaginado en el departamento de una mujer inmensa y perversa. Leyendo a los que leen, leo el relato de otros acerca de mi caída, aunque ellos jamás supieron ni sabrán lo genuino o encumbrado de su precipicio.)
..., me imaginé compareciendo ante tu empeño,
y me vi envuelto en los pequeños placeres que ello arrastraba.
Decidí (por qué no) escenas anteriores a que me empujaras.
Luego no quise desistir de mi mano en la baranda.
"No te dejaré caer" dijiste lenta y sonriente, mientras giraba
el mareo ya desde mi excitada manera
de rubricar tu departamento.
Tu mano en la cuerda que sostenía mi pie izquierdo
me arrastró un par de centímetros
hasta que llegué a incorporarme y besé tus labios.
Quizá porque era lo único que podría realmente sostenerme.
Ricardo I.
Publicado como mensaje el 14 de Diciembre de 2004 en http://www.leyendo.com.ar
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