De El mostrador, con datos de la Encuesta de Distorsión de Realidad:
"Tras la realización de 29.133 entrevistas en 38 países, conformó un
ranking de las naciones en que más a menos se distorsiona la realidad y,
según Ipsos, Chile ocupa el lugar 13, es decir, está entre los países
con más brecha entre percepción y realidad. Al consultar por
cuántas mujeres, de cada 100, entre 15 y 19 años están embarazadas, en
Chile la respuesta es 35, cuando en realidad son 4,8. Al consultar
"de cada 100 personas que están en la cárcel, ¿cuántas son
extranjeras?", los chilenos respondieron 21, pero las cifras muestran
que solo son 3,4. Lo mismo sucedió con la realidad material de la
población. "De cada 100 personas en el país ¿cuántas tienen un auto?",
la respuesta fue 71, sin embargo, la realidad es que solo 24 poseen un
vehículo."
Según cifras 2015, se estima que en Chile ocurren 6 suicidios por día.
Según cifras 2017, ocurren 4 portonazos al día. Ocupan alrededor de 15
minutos diarios de noticiarios promedio en canales nacionales, o sea 1
hora más o menos si juntas todo. 24 horas al mes, aproximadamente. Si
reunimos esas noticias de forma continua sería un día entero de
portonazos en los ojos y las consecuencias de quienes los sufren, y el
dolor de las víctimas, y el estrés de los vecinos, y de gente que a
veces muere intentando resistir. Y de formas de contrarrestar, y de la
preocupación de autoridades, y de la percepción de criminalidad y de
candidatos ofreciendo castigos a delincuentes, y del ingenio de estos
malandras evolucionando para apropiarse de lo ajeno. Y en ese mismo día imaginario continuo, seis personas mueren en la soledad.
Me han preguntádico allá en otras tiérricas qué tal la cósica aquí en Chilítico, si los inglésicos de Sudamérica son los jaguáricos más exitósicos, y la respuéstica que les he dádico es la que yo cántico en esta mazúrquica.
Poco ha cambiádico desde los tiémpicos en que dijérica Violeta Párrica que el desconténtico haya su cáusica en las promésicas jamás cumplídicas de los Gobiérnicos y Parlaménticos, sean Piñéricos o Bacheléticos.
Los estudiánticos siguen marchándico y los paquíticos le siguen dándico, con sus guanáticos y sus lumíticas y con sus fuérzicas tan especiálicas. Y mientras tántico siguen creciéndico todas las déudicas de los mucháchicos.
Unos señóricos hacen negócicos con los ahórricos acumuládicos de todo el múndico que ha trabajádico toda su vídica por poca plática; hacen millónicos con inversiónicas y nada quédica pa' los viejíticos.
Y Dios no quiera que algún anciánico caiga malítico con algún cólico, los hospitálicos no dan abástico para la géntica que ya se enférmica, no les alcáncica con sus pensiónicas pa' las Isápricas que son privádicas.
Amarradíticos por un papélico están los suéñicos de las persónicas. Constituciónicas de la República Jaime Guzmánico, Ricardo Láguicos, cortan las álicas de todo un puéblico y en la medídica de lo posíblico.
Y mientras tántico, los festiválicos le hacen tribúticos a la Violética, unos y ótricos se ganan fóndicos y en todos ládicos se la celébrican. Si ella supiérica como es la cósica se revolcárica en el cementérico.
Con su guitárrica, con su charánguico, nos aforrárica un manso charchásico.
(Nano Stern. Mazúrquica Post Modérnica. 2017)
11 de septiembre de 2017
No. No era preciso ni necesario. No era la diestra contra la siniestra. No era clamor popular. No tenía analogía ni proporción. No tenía belleza o rastros de gesta épica. No tenía orgullo. No fue salvación. No fue heroísmo. No fue gobierno. No tuvo honestidad o buena intención. No tuvo ánimo de verdad. No tuvo piedad ni dudas al matar. No tiene defensa. No tiene perdón. No tiene olvido.
Querido Marty: Si mis cálculos fueron correctos, recibirás esta
carta inmediatamente después de ver al DeLorean alcanzado por el rayo.
Primero, déjame asegurarte que estoy vivo y bien. He estado viviendo
felizmente estos últimos ocho meses en el año 1885. El rayo que golpeó
al DeLorean causó una sobrecarga de gigawatts que descontroló los
circuitos temporales, activó el condensador de flujos y me envió a 1885.
La sobrecarga hizo un corto en los circuitos temporales y destruyó el circuito de vuelo. Lamentablemente, el auto no volará nunca más.
Me hice pasar por herrero mientras intentaba reparar los circuitos
temporales. Lamentablemente, fue imposible repararlos, ya que los
repuestos serán inventados recién en 1947. Sin embargo, me he vuelto muy
hábil para herrar caballos y reparar vagones. Enterré el DeLorean
en la mina abandonada “Delgado”, junto al cementerio Old Boot Hill como
se muestra en el mapa que te mandé. Con suerte, se mantendrá sano y
preservado hasta que lo encuentres en 1955. Dentro de él, encontrarás
instrucciones para repararlo. Mi contraparte de 1955 no debería tener
problemas para repararlo así que puedes volver al futuro. Una vez que
vuelvas a 1985, destruye la máquina del tiempo. No trates, repito,
no trates de volver para buscarme. Me encuentro perfecto respirando aire
fresco y viviendo en espacios abiertos, y me temo que los viajes
innecesarios a través del tiempo sólo arriesgan la continuidad del
tiempo-espacio. Y por favor cuida a Einstein por mi. Sé que cuidarás
bien de él. Recuerda sacarlo a pasear dos veces al día y que sólo come
comida para perros enlatada. Esos son mis pedidos; por favor, respétalos
y cúmplelos. Bueno Marty, me despido y que Dios esté contigo. Has
sido un buen, querido y leal amigo. Has marcado una gran diferencia en
mi vida. Siempre atesoraré nuestra amistad y te tendré presente en todos
mis recuerdos, en mis sentimientos y en un lugar especial de mi
corazón.
Tu amigo en el Tiempo.
"Doc" Emmett L. Brown 1 de Septiembre de 1885.
Til Til tiene dos relaves mineros, una planta porcina, dos vertederos,
una fundición de acero, refinería de carbón (?) una planta de Aguas
Andinas y la cárcel de Punta Peuco. Una cantidad de mierda increíble.
...,
y entonces oigo muchas voces reclamar y muchos rasgan vestiduras, y
culpan a Camila Vallejo, y a Piñera, y a Javiera Blanco, y a cuanto
granuja se les cruce, y luego alguien dice que las culpas no importan
porque lo que importa son los niños que han muerto. Pero si nos
ponemos serios, nadie dice la verdad, la verdad más cruda y que queda en
la sombra: los niños del SENAME no importan. Ya es bastante obvio
decir que los niños en general importan hace poco en Occidente.
Empezaron a importar quizá después de la Segunda Guerra Mundial, y la
Convención Internacional de Derechos del Niño es de los 90. Eso de "el
bien superior del niño" es un discurso que apareció fuerte recién cuando
en mi generación varios cientistas sociales se (nos) estaban formando,
pero todos veníamos de contextos y de historias propias y ajenas en que
padres y abuelos relataban las golpizas, los castigos, la negligencia y
el trato adultificador (comprar solo, andar solo, hacerse cargo de
hermanos) desde que ya sabían caminar. Y si buscamos antecedentes,
nos encontramos con que los niños importaron algo cuando hubo
trabajadores de la salud que lucharon por disminuir la mortalidad
infantil y por la alfabetización inicial, por allá por los 60. Pero más allá de eso, y sabiendo que generalizo, los niños del SENAME no importan. Y no importan hace décadas.
Porque los niños que importan vienen importando hace generaciones, y
son aquellos especiales que recibirán algo al morir sus padres, y tienen
padres que los defienden ("con mis hijos no te metas" dicen los
defensores del bus naranjo acusando al Estado, pero rasgando vestiduras
porque a los otros, a los niños cochinos y sucios del SENAME debería
atenderlos el Estado...), y porque ya están asegurados en sus círculos
sociales, ya sea porque estudian en Colegios de Excelencia que promueven
la segregación o en Colegios de Élite que mantienen los lazos
familiares a buen recaudo, para luego trabajar en algún lugar en que
"les vaya bien" (eufemismo usado para expresar que alguien tiene poder o
dinero, o ambos). Y mis hijos también están asegurados, porque son
hijos de este mínimo porcentaje al que pertenezco a quienes les toca el
mínimo de movilidad social que permite el sistema, y que es funcional al
mismo para mantener la ilusión de que algo se mueve. Pero, a pesar de Galileo, en este caso las cosas no se mueven. Los niños del SENAME no importan.
Porque no importaron cuando a sus padres ausentes algún traficante más
rico le pidió que traficara, o no importaron cuando a sus madres las
violaron sus propios familiares u otros, o no importaron cuando sus
padres quedaron cesantes, o no importaron cuando sus madres trataron de
llegar a Chile buscando "oportunidades" y sus familias en el camino se
pauperizaron, o no importaron cuando sus padres buscaron trabajo en las
mineras porque aquí en el sur pasaba nada. Porque los niños del
SENAME no importaron antes, antes de antes, cuando sus padres ya eran
parias, cuando sus madres ya eran objetos, cuando sus abuelos ya eran
trabajadores rurales sin educación oprimidos por patrones, o cuando sus
tatarabuelos mestizos o mapuches perdieron tierras o suerte o la vida o
todo a la vez. Y dirán que divago y que ha habido políticas
públicas, y les concedo que es así. Que estamos mejor que como estuvo. Y
que hay instituciones en las que sin duda trabaja gente más valiente y
menos cínica que yo. Es verdad. Algo hay. Bastante, a decir verdad,
porque podría haber nada. Pero no podemos olvidar que gran parte de
esas instituciones son privadas y funcionan con lógica de mercado y por
tanto terminan también pauperizando a los profesionales que allí se
desviven y desloman y que gastan su entusiasmo y sus ilusiones en salvar
a alguno. Lo logran. Lo he visto. Se puede. Pero lo hacen hipotecando
su propia salud mental y hasta sus vidas personales. Quiero que esos
niños importen. De verdad. Ojalá alguna vez se logre, y sé que para
ello se requiere mucho dinero (hay quienes hablan de un presupuesto de
Educación entero sólo para el trabajo con infancia y adolescentes). Pero
además de los recursos, creo que hay que abrir la mirada y entender que
el trabajo por un SENAME que brinde dignidad y que funcione está casi
al final de una serie de otros fracasos previos, en el que los cómplices
abundamos.
Un abrazo a todas y todos mis colegas que trabajan en infancia. Les admiro por su dedicación.
Alguna vez fui docente de epistemología y recuerdo mucho eso de "y para
qué sirve". Hoy tengo un ejemplo claro: si ud. sabe nada de
epistemología van y lo convencen de esa tal cosa llamada "ideología de
género". Quienes la proclaman a la vez que la critican lanzan la
piedra y esconden la mano, y lo que ocultan es que sus postulados
provienen de una filosofía o moral natural en virtud de la cual existe
una cierta normalidad y referencia correcta acerca de cómo se define lo
masculino y lo femenino (y si me apuran, de por qué uno debe predominar sobre el otro).
Esa concepción filosófica desde la que se argumenta esconde también su
enraizamiento con la versión más conservadora del cristianismo, y
también está a la base de las discusiones sobre el aborto. Que no le
engañen. Usar el término "ideología de género" o el término "ideología"
cómo sinónimo de algo malo debería espantarle. Y si ya lo convencieron, dude de mí. Pero critíqueme informadamente.
Un grupo de gentes al sur observan el sol y la luna y encuentran el
día más corto del año. Sus casas están construidas en torno al universo,
y desde allí atestiguan el tiempo en curso. Así fue como comprendieron.
Con poco más que una vara y una sombra junto al fogón, observan que
justo luego del día más corto, la tierra está sumergida en el frío más
frío, la oscuridad más inmensa, y tres días después el sol comienza su
regreso. Desde lo más profundo del invierno, el mapuche vio
el renacer de la naturaleza. Como en el invierno norte que el
sincretismo transformó en Navidad, en el invierno sur todo un pueblo
celebra la nueva salida del sol y la luna, el We Tripantu, la entrada al
pukemnguén. Desde esa sabiduría ancestral, que se confrontó a hombres ignorantes del universo, volvemos a celebrar.
Deuma afpule pun, mapuche mapu meu wengetuai itrovill monguen. Ka
femngechi peumangen, wengetuai rakiduam, newen, ka kiñegün itrokom
puche, Ka antü ñi mülerpuam doi küme monguen.
(Cuando la noche haya llegado a su tope final, la naturaleza dará paso a
un nuevo ciclo de vida en el mundo indígena, permitiendo renovar los
sueños, esperanzas y compromisos hacia un futuro mejor para todos)
La ceguera se esconde en los entresijos. Cuando oiga frases que
comiencen con "todo el mundo...", lo más probable es que lo que sigue
revele una ceguera secreta, invisible, y varias veces inconfesable. Algunos ejemplos. Todas parten con "pero si en Chile...," - "..., todo el mundo tiene ISAPRE..." Uno de cada cinco. El 80% de Chile estamos en FONASA. - "..., todo el mundo prefiere colegio particular o subvencionado..." Cinco de cada diez establecimientos son estatales, cuatro subvencionados, uno es particular. A pesar de esta proporción, la oferta estatal es 38%, y el promedio OCDE es 82%.
- "..., todo el mundo entra a la Educación Superior..." Uno de cada 3.
Siguen en aumento, pero aún no pasa del 34%, y aquí estoy sumando U, IP y
CFT. - "..., todo el mundo tiene un magíster..." Sumados magíster y doctorados, menos del 1% de la población.
- "..., todo el mundo se mete a internet..." Dos de cada cinco. La
mayor parte de los chilenos no sabe escribir un correo electrónico.
Entre otras razones, por eso no es tan buena idea hacer un "censo
online" como propusieron algunos. - "..., todo el mundo tiene auto..." Dos de cada cinco. En Santiago, 1 de cada 4 viajes se realizan en transporte privado. El etcétera es largo. La invitación es a mirar más allá del ghetto en que vivimos.
Vengan desde Extranja, ese país largo y hechizo que no tiene fronteras, pero que nos interesa mientras sea rico y respetable.
Vengan, como cuando "pacificaron" nuestro sur o cuando arrancaron la
sal del norte de cuajo hasta que no era conveniente. Vengan desde la
mismísima tataramadre España, arriéndennos el agua o la luz (y cuando se
pueda, el aire y sus despojos), o vengan desde Australia o Alemania o
Canadá, arranquen las piedras y metales y llévenlos y devuélvanlos
transformados en algo de valor; arranquen nuestro suelo transformado en
sustento para árboles ajenos que no nos cantan ni nos recuerdan la edad
de la tierra.
Pero esos de la otra Extranja, esos pobretones y
morenos, esos no. Qué vergüenza sería dejarnos robar por ellos lo que es
nuestro...
El otro día vi una película menor que denotaba, sin embargo, una de
las paradojas más extrañas de occidente: el primer libro impreso por
Gutenberg fue uno de religión, que habla de Dios. En una de esas raras
bromas que nos juega la historia, el libro más controvertido y en nombre
del cual se ha derramado más sangre, se convirtió en el signo inicial
del advenimiento de la razón y el libre pensamiento.
Lo que nació allí fue inmenso. Poder contar con un texto, leerlo, hacerse una
opinión personal, ser transformado en ese proceso. Una sola versión de
los hechos era anquilosante, pero el escepticismo basado en el examen de
distintos puntos de vista hasta la comprensión de nuevas verdades
emergentes (como dice deGrasse Tyson) hizo que muchas mentes brotaran y
crearan los futuros que hoy son realidades.
Por causa de un libro. Y los millones que siguieron.
Me permito un consejo: no le teman al experto en varios libros, sino a
aquel que es experto en uno solo (la frase no es mía por cierto, la
saqué de un libro que habla de otros libros, como predijo el ciego
argentino).
Cuando uno ha nacido en la pobreza (y más aún en
dictadura), el acto de leer se convierte en libertad y en el máximo
tesoro. Así que valga por todas las hermanas y hermanos que aún no
descubren esa aventura y que esperan construir con ansias la vida plena.
¡¡¡Salud y albricias, por las páginas leídas y las que vienen!!!
Pensamiento profundo de domingo:
Se nos ha influido durante
muchos años en la noción de que la biología es el límite. Por ejemplo
"lo que la naturaleza no da, Salamanca no lo presta..."
Si tiene un ratito, cuestiónelo.
La biología es plástica, cambiante, adaptativa y constantemente
fluyente. Si el medio es adverso, las especies varían sin siquiera hacer
un acuerdo, sólo se adaptan y continúan. Si no lo hacen, se extinguen. A
nivel individual, las historias personales están llenas de variaciones
y adaptaciones constantes a lo que sucede día a día. La variabilidad
ontogenética y filogenética es tremenda, influyendo también en su
entorno, para luego generar más variaciones sobre las variaciones. La
biología es música de oído y jazz, improvisación y recreación.
El
verdadero "tironeo" conservador siempre viene desde la cultura, pero
sobre todo de las culturas complejizadas. Una idea se valora (se
comparte como valiosa), pero a veces se sobrevalora (se comparte como
única posibilidad), y limita las posibilidades de adaptación. Surgen
caracterizaciones sobre hechos, o juicios. Ahorran tiempo. Funcionan. Se
convierten en prejuicios. Redes de juicios y prejuicios, que
simplifican la vida en comunidades pequeñas, se complejizan en las
grandes comunidades. Y en la práctica, aparecen individuos que encarnan
estas redes de ideas llevándolas a sus límites posibles, hasta que
aparecen los más extremos, que buscan a través de tales redes mantener
el poder y sus privilegios. En ese punto, la cultura en sociedades
complejas se paraliza y paraliza a sus miembros, impide la adaptación y
la conducta de prueba, impide la igualdad para sostener privilegios
diferenciados, deja de promover la diversidad (porque atenta contra la
mantención de los privilegios), se toma la propia cultura como referente
para auto-perpetuarse, glorificar la estabilidad, el no-cambio, la
conservación de la tribu, la familia como unidad social, etc., etc.
Sobre todo etcétera.
Cuando lea o escuche que alguien dice que
"eso es genético" o "eso es heredado" como sinónimo de "no hay cambio
posible", tómelo con cautela. Puede que la cultura permita menos cambios
que lo que la biología potencialmente puede.
Qué latero. Me voy por un café.
Y
levemente y apenas y cada vez más, voy sintiendo como todo gira más
rápido, como si acelerara todo cuanto he llegado a conocer, justo antes
de volver a girar sobre la estrella, para luego volver a enlentecer,
justo luego de que llegue el invierno...
Mañana a las 11:59 es el perihelio y alcanzamos la mayor velocidad orbital en torno al sol.