"El alma con canción iluminó su hogar
y la canción con alma hecho a volar."
Sucede que luego volvimos al otro escenario. Ese otro más grande y cotidiano, aquel tablado sin ensayos que llamamos vida.
Fue la música, la grata música. Y también los recuerdos de Paraguay con los amigos que nos visitan.
Ahora sólo queda seguir musicando, pero para unir las cuerdas con el teatro. Viene la sensación de las tablas, nuevamente, y será feraz. Antes de todo eso, hay que disfrutar de estos días en que se nos acerca el sol.
Desde la edad del cielo
Ricardo I.
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segunda vez que visito tu blog...
ResponderEliminarInteresante es ver tanta psicologia blogeriana a traves de los links...
Saludos, Walter
Ojala nos crucemos nuevamente cuando el tiempo me permita volver a la instancia del Cipra, o antes.
¿Paraguay? Tengo hermosas colecciones de musica paraguaya. Creo que el arpa es en la musica paraguaya como el agua a la tierra.
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