3 de junio de 2005

¿Cuál movimiento?

Hay personas que se cansan de hablar y otras que se cansan de escuchar. Yo no pertenezco a ninguno de estos grupos.

Hay dos tipos de tontos: los que prestan libros y los que los devuelven. Afortunadamente, soy ambos tipos de tontos.

Hay quienes se debaten entre lo posible y lo imposible. Yo creo que lo que no podemos será lo que siempre queramos. Así es que me mantengo haciendo lo posible.

Hay quienes prefieren lo público, y hay quienes prefieren lo privado. Yo prefiero declarar públicamente que dejo mi opinión en privado.

He visto manifestaciones de personas en las calles que se debaten y juegan por ideas que a veces se rigidizan. Y luego califican su parecer como "movimiento". Pero creo que no son movimientos de personas. Si así fuera, serían movimientos centrados en la aceptación, en el respeto, en la comprensión, en la colaboración. Pero parece ser que son "inercias", "inamovilidades", ideas-fósiles o imaginarios-petrificados, que no están ahí por las personas sino por seguir existiendo como parásitos de nuestras energías.

¿Cuál movimiento? Prefiero el que está por venir y el de la fluctuación. Prefiero el movimiento de la sangre contaminada que tras pasearse un poco por el cuerpo vuelve clara y feliz a empezar su recorrido. Prefiero el movimiento de la Luna, que es inquisidora y hereje, inconstante en aparecerse, pero siempre con el mismo rostro. Prefiero las estaciones. Prefiero el curso del día hacia la noche, y otra vez al día.

Ese movimiento es el que verdaderamente me alimenta. El que de verdad me hace volver sobre mí mismo para iniciar y terminar la vida.

Ricardo I.

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