15 de junio de 2005

No es tarde

Asoman los fríos pasajes de este invierno. Ahora lo que requiero es simplemente organizar mis motivaciones.

Voy migrando lentamente dentro de mis navegaciones. Cada vez más libre. Cada vez más iniciado en un mundo de códigos. Obvio que me falta muchísimo camino, y no descarto estudiar informática pronto. Y a eso hay que agregarle la Psicología (y mi amante, la Música encarnada en mi caderona española de madera).

Todo vuelo, viaje o navegación es espiral. Recorremos de nuevo nuestras propias huellas, pero siempre de manera cada vez más compleja. Siempre nos volvemos a encontrar con nosotros mismos.

Muchas preguntas. Muchos oficios. Muchos andares. Nunca es tarde para reinventar. Ojalá que otros tantos también lo sepan o lo adivinen, y más aún, que lo sientan así de verdad.

Hablo por mí y por aquel amigo que está casi abandonado a su suerte. Hablo por aquella niña que no tiene cómo recordarse a sí misma lo inocente que sigue siendo. Hablo por mí, claramente, pero también por alguien que casi no tiene esperanzas y prefiere la muerte. Hablo para que todos prefieran la vida

Ricardo I.

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