21 de agosto de 2005

Ayer

Estaba sentado ante mi computador y ella se conectó al mensajero.
Era la guinda de la torta: la gata negra. Despeinado como andaba, al ver su icono, procuré arreglarme un poco, sin advertir inmediatamente que no tengo ni webcam ni nada instalado para que me observaran. Luego, se inició la conversación, y desde ahí hasta la música o los deberes reales.

Conocí a esta colega en una vuelta por Chillán, cumpliendo labores fortuitas. Sin aviso nos conocimos en la mañana, y después de dos entrevistas canceladas que nos dieron tiempo para compartir, hicimos buenas migas. Adivinamos lo que el otro estaba por decir. Las imágenes eran comunes. Algunas experiencias, muy similares.

Desde esos momentos compartidos con ella, he podido ver con nuevos ojos el curso de las cosas. Que no es en vano salir del paso, y a veces también es muy vano no quedarse y tratar de moverse forzadamente. Es la alegoría del equilibrio ante las circunstancias que se avecinan. También me di cuenta de lo tremendo y milagroso que puede resultar encontrarse con otra persona en el universo. Es realmente un portento hallar a un ser que en su completud es persona, cómo uno, como yo, como tú.

Y ayer nos encontramos de nuevo, y de nuevo la sensación de estar ante alguien de toda la vida. De nuevo la calidez de una persona sincera al otro lado del juego.

Desde mi cansancio de hoy (luego de la lectura del cuento que salió espectacular, y de una tocata rara del Conjunto en Talcahuano, también espectacular...).


Ricardo I.

(PS: Para Itzel. Valga por las señales que descubrió cada uno tras conocernos.)

1 comentario:

  1. Amigo, que refrescante leer tus sensaciones, son muy tuyas, muy descriptivas y al mismo tiempo muy intensas. Paradójicamente me produce mucha gracia esto del cyberespacio para comunicar tanta fortuna. Pensar que en la Edad Media demorarban semanas en recibir unas pocas palabras sueltas. En fin.
    Recomponer, componer, descomponer y tal vez poner.....todo revuelto esa tarde de bellas confesiones que a medida q avanzaban iban dilucudando los espacios en otras vidas que pueden habernos tocado vivir (hoy creo que fuiste Juglar en otra època, pero con guitarra por cierto...yo quién sabe..tal vez la gata en la pandereta..me gusta eso....que te oía cantar y predicar y sonreía silenciosamnente al verte arrancar...de tí mismo.
    Sí. Creo que tienes tanta razón cuando me dices que algo ha de aprender de vos. También puedes ser Pitoniso ¿por qué no?.
    Esta semana estoy en Villa Alemana, fundida entre mis papeles y mis personajes por representar. Buscaré el espacio para reencontarte...o reencontrame..ya no tengo clara la diferencia.
    Cariños, Itzel.

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