18 de agosto de 2005

Música y corazón

Hoy necesitaba hacer un break. Regalarme la emoción de estar ahí, en mitad de la música. Así es que encaminé hasta la sala de ensayos. Pero mi corazón tembló. Tuve que reorientar mi estación, mi tren, mi recorrido, los cables que me guiaban.

(Y fue entonces que descendí al borde del precipicio. No sabía si lanzarme o no, si lanzarme o no, si lanzarme o no...
Finalmente lo hice.)

Luego la música. El bálsamo de pernoctar sabiendo leer entre las líneas o las cuerdas, y sobreentender los movimientos frente a la percusión, y por supuesto entender el ronco vibrar del bajo...

Supongo que en algún momento podremos aferrarnos a la obra de teatro para la que tocamos. Lo que hoy pasó entre mi pecho y mi mirada no fue, sin embargo, una escena actuada o algo así, sino la sensación de que allí, junto a los sonidos, recupero el equilibrio por sobre la marea.

Y más tarde, charlar de todo y de algunas cosas, de la esperanza, de terapeutas, de cenas ideales, de cosas de psicólogos y psicópatas, de enfermos y pacientes, de esperanzados y confiados, de locura y de verdades insólitas.

(Quién sabe si la señal llegó tras mi descenso. Sólo puedo decir que mi corazón tembló como anoche tembló la tierra.
Adelantando las sensaciones que luego tuve con la música.)

Y ahora la noche. Y ahora, nada más. Amo los cambios inesperados, las sentencias irrepetibles, las palabras abreviadas y las que me dejan en silencio. Así es que espero enredado en mi anhelo.

Desde el corazón

Ricardo I.

1 comentario:

  1. wena don Ricardo....asi es entre amores y esperanzas de psicologos..aunke el momento mas notable fue cuando llego el momento de la conversacion "de humanos" que tuvimos...no me pasaba hace tiempo...
    saludos, cuando sepa (o me enseñes) te agrego a mis links.
    Alvaro.

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